lunes, 19 de noviembre de 2012

lunes, 5 de noviembre de 2012

El poder de las palabras. ¿Sabes controlar tu ira?

Una vieja leyenda budista habla de un niño que tenía mal genio. Su padre, un viejo sabio, le dio un saco de clavos diciéndole que cada vez que perdiese la paciencia debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer día el niño clavó 37 clavos. A medida que iba aprendiendo a controlar su carácter, clavaba menos clavos. Con el tiempo, descubió que era más fácil controlar su genio que clavar los clavos. Llegó el día en que pudo controlar su genio durante toda una jornada. Después de contrarle a su padre lo sucedido, este le aconsejó que retirase un clavo cada día que consiguiese dominar su genio.
Cuando por fin lo consiguió, el padre lo tomo del a mano y llevándolo a la puerta, le dijo: Hijo mio, advierto que has trabajado duro, pero observa todos esos agujeros que hay detrás de la puerta. Ya nunca será la misma. Cada vez que pierdes la paciencia y te dejas llevar por la ira, dejas cicatrices exactamente como las que ves aquí. Puedes insultar a alguien y retirar el insulto, pero dependiendo de la forma cómo hables podrás resultar devastador y la cicatriz de tus palabras quedara para siempre.

Bibliografía: Manual de Terapeuta Reiki, Jonnhy de Carli

Deja siempre que se enfríe la cabeza antes de hablar concluye Jonnhy de Carli. Efectivamente lo que muchas veces afecta no es el contenido mismo de las palabras sino la forma de las mismas. 

¿Qué podemos hacer para controlar nuestra Ira? Os dejamos algún consejo:

1. Escribe: utiliza un diario donde puedas trasladar todo lo que acontece en tu cabeza. Es una forma de sacar fuera lo que tenemos dentro pero además, no ayuda a tomar perspectiva del asunto algo que puede ayudarnos a no perder el control.

2. Cambia el mensaje: hace tiempo hablamos de cómo los pensamientos o mensajes que nos damos a nosotros mismos, determinan las emociones y las conductas que llevamos a cabo. Cuando veas que algo empieza a irritarte para un segundo y busca el pensamiento que va de la mano e intenta cambiarlo por otro más positivo.

3. Contén tu Ira: Sé consciente de lo que te ha irritado, cambia la interpretación, elimina la intencionalidad, pregúntate si puedes cambiar algo y si es así, diseña el plan de acción. Y lo más importante, práctica y comprométete a mejorar.

¿Qué haces tú para controlarla? Cuéntanoslo si quieres :)

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