lunes, 24 de septiembre de 2012

Contagio Emocional

En su libro, Inteligencia Emocional, Daniel Goleman escribe el siguiente relato para comenzar su exposición sobre el denominado Contagio Emocional:
 
 
"Al comiento de la guerra de Vietnam, un pelotón norteamericano se hallaba agazapado en un arrozal luchanco cuando, de repente, una fila de seis monjes comenzó a caminar por el sendero elevado que separaba un arrozal del otro.
 
Serenos y ecuánimes, los monjes caminaban en perfecta línea recta mientras atravesaban el sendero que cruzaba la línea de fuego. Por extraño que parezca, nadie les disparó un solo tiro y una vez concluido su camino por el sendero, ninguno de los dos bandos quiso seguir combatiendo, por lo menos ese día.
 
Este valiente y silencioso desfile de los monjes apaciguió a los soldados, de ambos lados, en pleno campo de batalla ilustra uno de los principios fundamentales de la vida social: el hecho de que las emociones son contagiosas"
 
 
Evidentemente y tal y como continúa su relato este contagio suele ser más sútil y forma parte del intercambio que tiene lugar en todo encuentro interpersonal.
 
Este contagio nos permite entablar relaciones afectivas, de afiliación y de cercanía pero también nos permite identificar aquellas personas a las que, aunque no sepamos por qué, rehusamos estar cerca. Y es más, este tipo de contagio es el que en un momento dado nos permite utilizar para poner en práctica nuestra habilidades de persuasión e influencia (Ver post sobre Mirroring)
 
 
Ser conscientes de esa idea puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones y a afrontar de una forma mucho más eficaz cualquier situación de conflicto.

 

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